Nada de esto sería posible sin el apoyo incondicional de mi compañero de vida.
Gracias a mi marido por creer en mí y apostar por mis sueños. Por ser ese pilar silencioso pero firme, que me sostiene desde lo invisible, con paciencia, con amor y con ese respaldo que me ha permitido dar forma a este proyecto con libertad y confianza.
Este camino lo recorro con mi cámara en mano, pero con él en el corazón.